El tizón tardío es la enfermedad más importante del cultivo de papa en el mundo, responsable de importantes pérdidas al año por reducción en el rendimiento y aumento de costos
El INTA, la empresa McCain Argentina S.A. y la Universidad de Wageningen -Holanda- desarrollaron PhytoAlert, un sistema de alarma que logra determinar los momentos críticos para el desarrollo de la enfermedad en base a datos meteorológico se incluye los fungicidas aplicados en el cultivo para las decisiones de control. El sistema de alerta fue desarrollado por la EEA Balcarce luego de tres campañas (2007-8, 2008-9 y 2009-10) de cultivo de papa en el Sudeste de la Provincia de Buenos Aires donde se validaron diferentes modelos de alerta de Tizón Tardío. Este modelo se basó en el modelo Simcast e integra datos meteorológicos (registros en tiempo real y pronóstico) junto a la información del ciclo de la enfermedad, el estado fenológico del cultivo y las aplicaciones químicas realizadas con anterioridad. "La herramienta más utilizada y efectiva para controlar el tizón tardío es la aplicación de fungicidas", explicó Florencia Lucca, responsable del Laboratorio de Micología y Bacteriología de Papa del INTA Balcarce -Buenos Aires-, quien aseguró que "tanto la industria como los consumidores demandan estrategias alternativas que permitan una protección más sostenible de los cultivos y una mejor administración de los fungicidas". Para la especialista, la utilidad de PhytoAlert es que "permite realizar aplicaciones preventivas justo antes de los períodos de infección previstos, teniendo en cuenta que el patógeno puede dispersarse rápidamente y abarcar grandes superficies cuando las condiciones climáticas son favorables".
La especialista precisó que estas alertas se complementan con monitoreos de las poblaciones del patógeno con tarjetas de muestreo FTA, a fin de identificar posibles adaptaciones en las poblaciones y detectar nuevos genotipos más virulentos o resistentes a fungicidas. “Esta información puede ser empleada directamente para adaptar o modificar estrategias de control”, resaltó. Sobre la experiencia de validación en el sudeste de la provincia de Buenos Aires durante cuatro campañas consecutivas, Lucca señaló que “fue un éxito en la práctica por su eficacia de control, en comparación con un programa tradicional de aplicación calendario (aplicado de rutina)”, señaló la especialista. En estas campañas, “mostró reducciones en el uso de fungicidas de hasta un 50 %, que generó un ahorro económico de hasta 47,3 % por hectárea (variando según el año y la presión de la enfermedad) y redujo el impacto ambiental hasta en un 48 %”, apuntó la especialista, y agregó: “Actualmente se está validando en otras zonas de producción de papa en la Argentina, como Tucumán y Córdoba con excelentes resultados”.
Por: Redacción