Se trata de un insumo clave para planificar la producción agrícola
Con el objetivo de conocer la distribución espacial de cultivos y sus cambios en y entre campañas agrícolas que describen procesos de expansión, intensificación y rotación agrícola, especialistas de 35 unidades del INTA en todo el país -Agencias de Extensión, Estaciones Experimentales e Institutos de Investigación- publicaron esta nueva edición del Mapa Nacional de Cultivos para la campaña 2023/2024. De esta manera se completa una secuencia de mapas de seis campañas agrícolas consecutivas: 2018/2019, 2019/2020, 2020/2021, 2021/2022, 2022/2023 y 2023/24.
Un mapa brinda información sobre la distribución espacial de clases previamente definidas. Constituye una manera de ordenar y simplificar una gran cantidad de información para su visualización y análisis. “Dada la dinámica de la agricultura argentina, es necesario generar los mapas en cada campaña agrícola”, explicó Diego de Abelleyra, investigador del Instituto de Clima y Agua del INTA.
Debido a las similitudes entre cultivos de grano (todos herbáceos, de crecimiento anual, algunos en la misma estación, etc.) es necesario disponer de información observada a campo en los momentos en que se desarrollan los diferentes cultivos en cada región agrícola, y considerar así también la variabilidad que existe dentro de un mismo cultivo entre regiones (fechas de siembra / madurez, crecimiento / rendimiento). De acuerdo con de Abelleyra, “la información de campo es clave para poder entrenar algoritmos de clasificación para generar los mapas utilizando imágenes satelitales y estimar la precisión y el grado de error de los mapas generados”.
A través de distintas unidades del INTA distribuidas a lo largo de las regiones agrícolas, se hacen relevamientos para obtener registros de los cultivos implantados en forma ininterrumpida desde la campaña 2018/2019. Esto permitió la realización de mapas de cultivos a lo largo de seis campañas agrícolas consecutivas, y así generar información con alto valor histórico sobre la ubicación de los cultivos en Argentina durante este período.
Siguiendo con el investigador del Instituto de Clima y Agua, “la información generada constituye una base para conocer la historia reciente de siembra de cultivos en Argentina y describir la dinámica de cambio de especies sembradas, rotaciones, dominancia de grupos de especies, intensidad de siembra e incidencia de monocultivo”. A su vez, “al mapearse tanto el área de cultivos como otras clases no agrícolas, se pueden identificar rotaciones agrícolo-ganaderas y zonas de expansión o retracción agrícola con gran detalle”, agregó.
Una investigación recién publicada en la revista Agricultural Systems analizó secuencias de cultivos obtenidas a partir de cuatro campañas del Mapa Nacional de Cultivos. Allí se observó que los casos más frecuentes incluyeron rotación de cultivos, principalmente de entre maíz, soja y trigo. Cerca del 80 % del área agrícola mostró al menos dos campañas con gramíneas en la secuencia.
También se observó con cierta frecuencia casos con alta proporción de soja de primera, donde los casos con tres o más cultivos en la secuencia representaron cerca del 16 % del área agrícola. Estos últimos casos estuvieron asociados a aspectos socioeconómicos como la distancia a puertos y aspectos relacionados con el tipo de productor y tenencia de la tierra. Otros índices derivados de secuencias de cultivos como la intensidad de siembra (número de cultivos por año), estuvieron principalmente asociados a aspectos ambientales como las precipitaciones.que brindan estos mapas permite también identificar las áreas ocupadas por cada uno de los cultivos y aplicar sobre cada cultivo un modelo o analizar índices”, expresó de Abelleyra.
En esta edición, se incluye un mapa que describe la estacionalidad de los lotes de maíz identificados. “Se pueden observar, de esta manera, regiones con mayor homogeneidad y siembras tardías de maíz como en el NOA, el NEA, el oeste Pampeano, y el suroeste de Buenos Aires, zonas con predominio de fechas tempranas como Entre Ríos y zonas con mayor variabilidad como la zona núcleo y centro de Buenos Aires”, concluyó.
Recientemente se organizó un webinario (ver video al pie de página) donde además de presentar la ultima versión del Mapa Nacional de Cultivos, se analizó la dinámica temporal de los mapas previamente generados, y se mostraron ejemplos del uso en el ámbito académico, comercial, productivo y logístico.
Por: Redacción