Crisis por la importación de vacunas
En medio de un proceso de reestructuración en el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), el Gobierno nacional designará a María Beatriz "Pilu" Giraudo como nueva presidenta del organismo sanitario, en reemplazo de Pablo Cortese (foto). La ingeniera agrónoma santafesina, reconocida por su trayectoria y ex presidenta de Aapresid, se convertirá en la nueva cabeza de un organismo clave para la sanidad animal, la inocuidad alimentaria y el acceso a mercados internacionales.
La salida de Cortese se produjo tras una fuerte controversia vinculada a la importación de vacunas antiaftosa desde Brasil y a tensiones internas con laboratorios locales. En este contexto, el Gobierno avanzó con una nueva designación, que será oficializada en los próximos días.
Giraudo, de perfil técnico y con fuerte llegada al sector agroindustrial, fue presidenta de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), donde promovió modelos productivos sustentables y una mayor participación femenina en espacios de decisión. También se desempeñó como coordinadora de Políticas para el Desarrollo Sustentable en el ex Ministerio de Agroindustria, y desde 2023 ocupa la vicepresidencia del INTA.
Cortese, con más de tres décadas de carrera en el organismo sanitario, dejó el cargo que había asumido con la llegada del gobierno de Javier Milei, alegando "razones personales", aunque fuentes cercanas aseguran que fue una salida forzada por presiones cruzadas entre intereses políticos y comerciales.
La disputa escaló a mediados de julio, cuando Biogénesis Bagó envió una carta documento a Cortese y pidió explicaciones al secretario de Agricultura, Sergio Iraeta, por la aprobación del ingreso de 8.300 dosis de la vacuna "Ourovac aftosa Biv", producida por el laboratorio brasileño Ourofino y importada por Tecnovax SA.
La apertura del mercado a productos importados, impulsada por el gobierno bajo el paraguas de la desregulación económica, provocó un fuerte rechazo en sectores que históricamente controlaban la producción y distribución de vacunas en el país.
Pablo Cortese trabajaba en el Senasa desde 1992, cuando ingresó como monitoreador de frutas cítricas. Con el tiempo escaló posiciones y, al frente del organismo, tuvo que lidiar con una de las instituciones más estratégicas para el agro argentino, responsable de la sanidad animal y vegetal.
"Se cansó. Es un técnico, no un político", afirmaron allegados, marcando la distancia entre su perfil profesional y el clima de presión que lo rodeaba. La desregulación, si bien promovida por el Ejecutivo, encontró resistencias tanto internas como externas, dejando a Cortese en el medio de un campo minado.
Senasa en la mira: ¿qué implica esta renuncia para el agro argentino?
La salida de Cortese abre interrogantes sobre el rumbo que tomará el Senasa, un organismo clave para la sanidad animal, trazabilidad, exportaciones agroalimentarias y certificación sanitaria internacional. En un contexto de apertura comercial, la institucionalidad del ente se vuelve aún más crítica.
Para los actores del agronegocio en Argentina, esta situación podría tener impacto directo en la planificación sanitaria, la competencia entre laboratorios y el acceso a insumos estratégicos, como lo son las vacunas para enfermedades de alto riesgo sanitario.
Por: Redacción