La fiebre aftosa preocupa al gobierno norteamericano
El gobierno de Donald Trump anunciará oficialmente un acuerdo bilateral con la Argentina que marcará un antes y un después para la cadena cárnica nacional. El entendimiento prevé ampliar el cupo anual de importaciones de carne vacuna argentina hacia Estados Unidos, lo que implicará un salto significativo en las exportaciones y un ingreso adicional de divisas para el país. El arancel se mantendrá en un 10%, el mismo que hoy rige para los envíos con cuota vigente.
El Departamento de Agricultura (USDA) reporta una caída histórica del stock bovino y el cierre de miles de establecimientos en los últimos años. En paralelo, la demanda de carne sigue firme y crece, impulsada por consumidores que valoran la calidad, la trazabilidad y el origen natural de los productos. En ese marco, la carne argentina vuelve a posicionarse como un insumo estratégico dentro de un mercado considerado "premium".
El impacto del acuerdo será sostenido y estructural. "Estados Unidos necesita carne y no puede resolver su déficit de un año para otro. Este acuerdo no es coyuntural, llegó para quedarse", explicó. Además, destacó que el mercado norteamericano paga precios más altos que China, lo que permitirá diversificar destinos y reducir la dependencia del gigante asiático, que hoy absorbe cerca del 65% de nuestras exportaciones.
Sin embargo, el entusiasmo del sector viene acompañado de una advertencia: la Argentina enfrenta un límite productivo claro. Según el consultor ganadero Ignacio Iriarte, "el país produce unas 3,2 millones de toneladas de carne vacuna por año y ya exporta cerca de un millón. No hay mucha más hacienda disponible para crecer rápidamente, y solo una parte de los frigoríficos está habilitada para exportar a EE.UU., un proceso que exige auditorías y certificaciones sanitarias muy específicas".
El acuerdo podría traducirse, más que en un aumento de volumen, en una reasignación de destinos. Parte de la carne que hoy se envía a China podría orientarse hacia Estados Unidos, en busca de mejores valores y menores costos logísticos: el viaje a Norteamérica toma alrededor de 15 días, frente a los 45 o 50 que demanda Asia.
Iriarte advirtió que la industria local "vive una paradoja": sobra demanda, sobran precios, pero falta hacienda. La capacidad instalada de los frigoríficos permitiría faenar hasta 17 millones de cabezas, pero hoy apenas se alcanzan 14 millones. "El desafío no es solo vender más, sino producir más sin desordenar el mercado interno", remarcó.
Aun así, el entendimiento con Estados Unidos mejora el posicionamiento internacional de la carne argentina y fortalece su reputación en los mercados más exigentes. Para el sector, representa una oportunidad de consolidar estándares de calidad y trazabilidad, y de recuperar un protagonismo que en los últimos años se había visto opacado por la falta de previsibilidad.
Polémica por la fiebre aftosa
La secretaria de Agricultura de los Estados Unidos, Brooke Rollins, señaló que la Argentina “enfrenta un problema de fiebre aftosa ” por lo que comprará poca carne a nuestro país. Ante el silencio oficial, el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino, aseguró que “la señora está mal informada” y recordó que en Argentina no tenemos ningún problema con esa enfermedad.
“A la señora habría que decirle que hace más de 20 o 30 años que, por suerte, en Argentina no tenemos ningún problema con esa enfermedad que tanto daño le hace a la ganadería. La verdad es que si no existe eso es porque trabajamos bien, de manera consciente. Entonces, vamos a creer que fue un comentario, que fue un error“, insistió el titular de la SRA.
Cabe destacar que Argentina no tiene ningún problema ya que no presenta ningún brote desde hace 24 años. Sin embargo, desde la oposición salieron a criticar la decisión del Gobierno nacional que en septiembre modificó el plan de vacunación contra la fiebre aftosa para la segunda campaña de vacunación en 2026.
Por: Redacción