El Ministerio de Agricultura deberá publicar toda la documentación sobre el Trigo HB4 y organizar un mecanismo que permita a la ciudadanía denunciar o aportar información
A una semana de que la Comisión Técnica de Bioseguridad de Brasil
aprobara la comercialización de la harina de trigo HB4 desarrollada por
la empresa biotecnológica Bioceres, en colaboración con la Universidad
Nacional del Litoral y el Conicet, en Argentina se pronunció el Juzgado Contencioso Administrativo
Federal N°3, a cargo de Santiago Carrillo que ordena al Ministerio de
Agricultura de la Nación a publicar en el término de
cinco días, sin restricciones y en su página web, la totalidad de los
informes de los que se valió la Resolución 41/2020 que autorizó el
potencial cultivo de trigo HB4.
Lo exhortó, además, a que en el término de veinte días “diseñe,
implemente y ponga en funcionamiento un procedimiento de participación
ciudadana adecuado a los estándares constitucionales aplicables (Acuerdo
de Escazú, ley 27.566) que permita a todo interesado a efectuar
presentaciones ante la autoridad de aplicación, las que deberán ser
consideradas”. En paralelo, insta al Instituto Nacional de
Semillas (INASE) a que en un plazo de cinco días publique en el Boletín
Oficial la Resolución 535/2021 por la cual el INASE da cuenta de los
riesgos de la contaminación cruzada que representa el trigo transgénico
en contacto con el tradicional.
La orden judicial se dictó en el
marco de la causa madre sobre los Organismos Genéticamente Modificados
(OGM), en la que el fiscal Fabián Canda, a cargo de la Fiscalía Nº 8 en
lo Civil, Comercial y Contencioso Administrativo Federal, había pedido
la suspensión provisional de la autorización para comercializar la
semilla, los productos y subproductos derivados del OGM HB4. “Si
bien no hace lugar a la suspensión, la resolución es buena porque
reconoce los déficits que presentan los OGM en cuanto a las evaluaciones
del riesgo; se cuestiona la validez del sistema de aprobación”, explica
Fernando Cabaleiro, de la ONG Naturaleza de Derecho, uno de los
abogados impulsores de la causa. “Los planteos en la justicia
–agrega– están concentrados en la contaminación genética, los riesgos
que representan a la salud, a la afectación de los derechos humanos a la
agroecología y a una alimentación adecuada”.
El trigo HB4 es capaz de tolerar situaciones de sequía y es resistente al glufosinato de amonio, un herbicida al que la Organización Mundial de la Salud (OMS) califica como “moderadamente peligroso”. Para Javier Souza Casadinho, ingeniero agrónomo, docente y coordinador de la Red de Acción en Plaguicidas de América Latina (Rapal) es esperable que suceda lo mismo que con la soja transgénica y el glifosato: “cada año vamos a ver cómo aumenta el uso del glifosinato, cómo se va extendiendo la frontera agrícola y cómo se va a seguir deforestando cada vez más, pero con el agravante de que el trigo, a diferencia de la soja, está todos los días en nuestra mesa”.
Por: Redacción