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Lunes 29 de Abril del año 2024
Medioambiente | 19 de septiembre de 2023 Inicio

El litio. Cuestiones ambientales y económicas

El partido se juega con un recurso estratégico en la mano.

El partido se juega con un recurso estratégico en la mano.

¿Qué es el litio y para qué sirve?

Seguramente hemos escuchado hablar del ión litio. El litio es un elemento químico que forma parte de la famosa tabla periódica. Integra varios minerales, es decir compuestos químicos naturales con una cierta forma y volumen. Y es uno de los más electropositivos y livianos de la naturaleza (ya se, el pesado es quien escribe, pido disculpas por la jerga). Es que la capacidad de ciertos elementos de atraer o repeler electrones es importante para la eficiente construcción de ciertos dispositivos, por ejemplo baterías. Por esta razón, cuando en 1991 Sony lanzó al mercado baterías de ión litio y éstas empezaron a reemplazar a las de níquel-cadmio, el mercado de los dispositivos electrónicos portátiles explotó. Las baterías de litio tienen una densidad energética muy alta, por eso mismo son pequeñas bombas y la ingeniería electrónica tuvo que romperse el bocho para disminuir el riesgo del” boom” (no del mercado, sino del celu). También se usan para los autos eléctricos, para acumular energía obtenida de paneles fotovoltaicos o parques eólicos, entre otras aplicaciones.

Ciclo de vida del litio e impactos ambientales

Los minerales de litio están en rocas y en salares. En Argentina las explotaciones de mayor escala se realizan en Jujuy (Salar Olaroz) y en Catamarca (Salar Hombre muerto). Para obtener litio a partir de los salares, se construyen grandes piletones en los que se diluyen las sales de litio y de otros elementos y por decantación se obtiene el carbonato de litio, que es una de las formas en que se comercializa el litio. Este método usa grandes cantidades de agua y por lo tanto genera pasivos e impactos ambientales negativos en el territorio. Existen tecnologías de extracción directa de litio, más eficientes y amigables ambientalmente, todavía en fase de investigación. Uno de esas tecnologías está siendo desarrollada por el especialista en electroquímica Ernesto Calvo y su equipo (CONICET).

El litio se extrae, se purifica, se construyen las celdas, se montan las baterías y entonces se industrializan y se venden. Finalmente, las baterías se usan, pero tienen un tiempo de vida útil, una cantidad de recargas. Es contaminante su extracción y es contaminante su disposición final. ¿Cómo prevenir y minimizar esos impactos ambientales? Si bien se puede recuperar y reciclar el litio y el cobalto que constituyen las baterías, esas tecnologías no están siendo desarrolladas al mismo ritmo en que aumenta la producción y el uso de baterías en el mundo.

Algunos números

El triángulo del litio (territorios de Argentina, Chile y Bolivia) tiene alrededor del 80 % de las reservas mundiales de litio. Argentina produce y exporta unas 35 mil toneladas de litio por año, alrededor del 10 % del total mundial. El litio se exporta como carbonato de litio y vuelve a la Argentina en baterías. Desde 2021 hay una creciente demanda de baterías de litio para automóviles. Además, tenemos la guerra Rusia-Ucrania, que genera expectativas de escasez. En este contexto hubo un gran aumento en el precio del litio, de menos de 10 mil dólares a 72 mil dólares. No se espera que baje el precio, porque la demanda supera a la oferta. Ahora bien, una batería de ión litio para electro movilidad sale alrededor de 20 mil dólares y usa 6 kilogramos de litio.

En cuanto a la cadena de valor del litio, desde su extracción a la venta de baterías recargables de ión litio, China, Japón y Corea dominan el mercado mundial. Empresas radicadas en estos países concentran en conjunto casi el 80 % de la producción Mundial.

¿Exportar el commodity o agregarle valor?

Según las cifras que acabo de exponer, la respuesta cae como fruta madura. Sin embargo, ese camino no es fácil. Las empresas y los países no parecen estar pensando en descentralizar los procesos productivos que agregan valor al commodity litio. Un mal negocio para nuestro país. El mercado no tiene en cuenta intereses nacionales, la planificación en función de un recurso estratégico como el litio, la hace (o no la hace) el estado. Según la Constitución Nacional, los recursos son de las provincias y el Estado Nacional no tiene entonces incumbencia y la posibilidad de usar su capacidad de negociación para establecer términos de intercambio más convenientes (regalías más altas). Lo que sí puede hacer es apostar al desarrollo científico-tecnológico para que podamos producir baterías en la región, que el triángulo del litio deje de ser un territorio expoliado y que los bienes comunes se gestionen desde una lógica democrática y de desarrollo industrial.

Por: Mag. Conrado Dávila.

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