Con la prevalencia de La Niña, el agua será un bien escaso, desde el Instituto de Clima y Agua del INTA confirmaron que el fenómeno climático se extenderá hasta el otoño
El avance de una débil perturbación en la región sur pampeana dejó algunas lluvias débiles de
escaso monto. Esta perturbación no logró, al igual que las anteriores,
lograr romper la alta estabilidad presente en la atmosfera; por lo cual,
la inestabilidad asociada fue mínima con solo aumento de nubosidad y un
esperado descenso temporal de las temperaturas.
En el recorte de la Imagen Satelital puede apreciarse el predominio de
cielos despejados en prácticamente en todo el centro y norte del
territorio nacional. En la provincia de Córdoba, se presenta nubosidad
baja de muy escaso desarrollo asociadas al pasaje de una perturbación en
dirección oeste-este.
Esta última perturbación evoluciona en dirección este lo cual podría
concretar alunas precipitaciones menores en el centro sur de Santa Fe y
Entre Ríos. Sin embargo, reiteramos la alta estabilidad que confiere el
sistema ciclónico o de alta presión dispuesto sobre la mitad norte del
territorio nacional. En este contexto, los movimientos verticales quedan
muy acotados y minimizados disminuyendo la probabilidad de las
necesarias e imperiosas lluvias. Las temperaturas por su parte, y a
pesar de un leve retroceso de mínimas, permanecen muy elevadas en las
próximas jornadas con desvíos positivos elevando la demanda hídrica de
los cultivos.
Desde el Instituto de Clima y Agua del INTA Castelar confirmaron que el fenómeno climático de La Niña, que afecta a gran parte del país, se extenderá hasta el otoño y a partir de abril las precipitaciones volverían a la normalidad. A pocos días del inicio del verano, las altas temperaturas y el déficit hídrico cobraron gran protagonismo. Si bien pareciera que nos enfrentamos a un fenómeno poco usual, los especialistas insisten en que todos los veranos se caracterizan por presentar períodos en los que la falta de lluvias y las altas temperaturas se unen para complicar las cosas.
Así lo explicó Roberto De Ruyver (director del Instituto de Clima y Agua del INTA) quien no dudó en señalar que, "cualquiera sea el fenómeno que lidere -Niño o Niña-, el verano nunca se escapa de tener una cierta cantidad de días en los que se combina una ola de calor sin precipitaciones. Pasa todos los veranos y es normal."
"Son muy comunes los períodos sin lluvias combinadas con olas calor", repitió, al tiempo que reconoció que faltan precipitaciones que traigan alivio de la mano de un frente frio. "Cuando no llueve las temperaturas mínimas no bajan de 20°C/22°C en las zonas de calor y con esas mínimas elevadas, no hay descanso", indicó De Ruyver. Por lo general, en los años con condiciones Niña, la influencia al déficit de lluvias sobre zonas productivas de la Argentina es notoria en primavera y este año, eso no pasó. Al contrario, señaló el especialista, dado que "en octubre y, principalmente en noviembre, las buenas precipitaciones fueron una sorpresa por lo poco habituales en años Niña".
De todos modos, destacó que "no todo el país sufre lo mismo, hay zonas con excesos locales en La Pampa y buen contenido de humedad en los suelos del sur de San Luis, extremo sur de Córdoba y el oeste noroeste de Buenos Aires, en donde hubo marcadas precipitaciones". El resto de las áreas necesitan lluvias, aunque no se espera que ocurran, al menos, hasta mediados de enero.
Por: Redacción