El volumen de unidades vendidas sigue lejos de los máximos históricos
La maquinaria agrícola lograría una facturación cercana a U$S 2.100 millones, medida al tipo de cambio oficial, lo que implicaría superar por segundo año consecutivo la emblemática barrera de los U$S 2.000 millones y establecer un nuevo récord absoluto, por encima de los U$S 2.061 millones registrados en 2024.
La estimación surge de combinar los datos oficiales de ventas en pesos informados por el INDEC, actualizados al 30 de septiembre de 2025, con las cotizaciones promedio del dólar a lo largo del año. En ese marco, durante los primeros nueve meses de 2025 se concretaron operaciones por $ 1.947.973 millones, que al tipo de cambio oficial equivalen a U$S 1.626 millones, con un crecimiento del +8,1% interanual respecto del mismo período de 2024.
De acuerdo con los datos preliminares del último trimestre, entre octubre y diciembre se sumarían U$S 470/480 millones adicionales, un volumen suficiente para alcanzar la proyección anual y confirmar que 2025 será el año de mayor facturación en dólares de la historia del sector. El recorrido del año, sin embargo, mostró fuertes oscilaciones trimestrales: tras un arranque en torno a U$S 476 millones, el negocio pegó un salto en el segundo trimestre (U$S 637 millones) y luego retrocedió en el tercero (U$S 513 millones), con un cierre que sería el más bajo del ejercicio.
Uno de los datos que más llama la atención es que este récord de dólares no viene acompañado por un boom en cantidades. Entre enero y septiembre se vendieron 12.995 equipos, y para todo el año se proyectan alrededor de 16.500 unidades. Si bien la cifra marcaría una suba del +2,5% respecto de 2024, queda muy lejos de los niveles alcanzados en 2021 y 2022, cuando el mercado superó holgadamente las 21.000 máquinas anuales. Incluso 2023, atravesado por la sequía y la transición política, cerró con más unidades que las previstas para este año.
La explicación de este comportamiento dispar entre facturación récord y bajo volumen está en una combinación de factores tecnológicos y macroeconómicos. Por el lado tecnológico, el mercado avanza hacia máquinas cada vez más grandes, potentes y sofisticadas, con un impacto directo en el precio unitario. En tractores, las versiones de más de 240 HP duplicaron su participación en apenas un año, mientras que en sembradoras y pulverizadoras se aceleró la adopción de siembra eléctrica y aplicaciones selectivas, tecnologías que elevan sensiblemente el valor de cada equipo. En síntesis, se venden menos máquinas, pero mucho más "pesadas" en dólares.
A este fenómeno se suman los factores macro. El retraso del tipo de cambio fue determinante para explicar el salto en la facturación medida en dólares. Según el reporte estadístico de Precios en Dólares del RNM, el precio promedio por máquina pasó de U$S 101.014 en 2023 a U$S 126.511 en 2024, con un incremento del +25,2% interanual. En 2025, la tendencia se moderó levemente, con un promedio de U$S 125.339 por equipo, aunque se mantiene en niveles históricamente elevados.
Más allá de los matices, el dato central es contundente. Volver a superar los U$S 2.000 millones anuales coloca a la Argentina entre los grandes jugadores globales del mercado de maquinaria agrícola, un selecto grupo de unos 25 países que concentran los principales volúmenes de este sector estratégico para la economía y la producción de alimentos. El desafío hacia adelante será convertir este récord en un crecimiento más equilibrado, con mayor volumen de unidades, reglas claras y una macroeconomía que acompañe la competitividad de toda la cadena industrial y productiva.
Quejas por las importaciones
Desde la Asociación de Fábricas Argentinas de Tractores, que agrupa a las multinacionales con plantas en el país —entre ellas John Deere, CNH, Agco y Claas—, advirtieron sobre el fenómeno. “El tema chino es una preocupación a nivel mundial. Tienen una estrategia comercial muy agresiva para descremar los mercados a los que llegan”, sostuvo Leandro Brito Peret, director ejecutivo de Afat.
Las empresas nucleadas en AFAT concentran el 85% del mercado de tractores, el 98% de las cosechadoras y el 50% de las pulverizadoras, con 12 plantas industriales en Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos y una cadena de valor que emplea a unas 16.000 personas.
“En el mejor de los casos vamos a terminar en un número de ventas parecido al del año pasado, que fue el peor de los últimos seis años”, afirmó Hernán Zubeldía, presidente de la Cámara de Fabricantes de Maquinaria Agrícola, entidad que nuclea a más de 1.200 pymes del sector y representa alrededor de 40.000 puestos de trabajo directos.
A la presión de los equipos importados nuevos se suma la habilitación para importar maquinaria agrícola usada, una medida que, según Afat, tendrá un impacto directo en los segmentos de mayor valor. “Están viniendo máquinas usadas de países con estructuras fiscales mucho más bajas y con financiamiento más conveniente, como Estados Unidos”, señaló Brito Peret.
Los datos del mercado reflejan el freno de la demanda: según la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina, entre octubre y noviembre se patentaron 1.052 máquinas agrícolas, lo que implicó una caída interanual del 17,2%.
El desempeño comercial de 2025 mostró una fuerte disparidad. Durante el primer semestre, el mercado había crecido cerca del 15% interanual, pero la segunda mitad del año estuvo marcada por el aumento de las tasas de interés, que llegaron al 80% en septiembre y luego bajaron a niveles cercanos al 30%, lo que virtualmente paralizó el acceso al crédito.
Reclamos al Gobierno
Tanto Cafma como Afat coincidieron en el pedido de avanzar en medidas que permitan mejorar la competitividad del sector. Uno de los reclamos centrales es la devolución de los saldos técnicos de IVA, generados por la diferencia entre insumos gravados al 21% y ventas alcanzadas por una alícuota del 10,5%. “A valores actuales, el Estado nos debe el equivalente a 4 años completos de la grilla salarial de cada empresa”, afirmó Zubeldía, quien confirmó que mantienen conversaciones técnicas con el Gobierno para encontrar una solución gradual.
En ese contexto, los dirigentes del sector advirtieron que, sin cambios en el marco de costos y financiamiento, la industria corre el riesgo de profundizar la pérdida de producción local. “Si seguimos importando máquinas, nos vamos a convertir en talleres de reparación. Ya lo hicimos hace 100 años y no queremos retroceder”, concluyó el titular de Cafma.
Por: Redacción