Cañuelas tuvo disparidad de precios en las últimas jornadas
El cierre del año encuentra al mercado ganadero argentino en un escenario de contrastes, el Mercado Agroganadero (MAG) cerró con mejoras en varias categorías livianas, aportando señales de sostén a los valores de la hacienda terminada. Por otro lado la invernada y la cría mostraron una corrección a la baja en la mayoría de las categorías.
En el segmento de invernada, los terneros machos registraron caídas semanales que oscilaron entre el 3% y el 11%, con las bajas más pronunciadas en los rangos de 160 a 200 kilos. El valor promedio del ternero de 160-180 kg se ubicó en torno a los $5.309 por kilo, con una variación semanal negativa superior al 10%. Las terneras acompañaron la tendencia, con descensos generalizados y mayor presión en los lotes intermedios.
En el mercado de vientres, los precios se mantuvieron relativamente estables en pesos, aunque con señales de ajuste en términos reales. Las vacas y vaquillonas preñadas continúan mostrando valores elevados en la comparación interanual, pero sin la dinámica alcista observada meses atrás, en un escenario donde el productor prioriza liquidez y cautela.
En Cañuelas el precio promedio general mostró una suba semanal cercana al 2,3%, con mejoras en novillitos y vaquillonas, que compensaron las bajas observadas en vacas y toros. La participación por categorías mostró una fuerte presencia de vaquillonas, que concentraron más del 40% de la hacienda comercializada, seguidas por novillitos y vacas. Este mix refleja una demanda activa por animales livianos y bien terminados, en un contexto de consumo interno que busca recomponerse y una exportación que continúa siendo un pilar para sostener precios.
El cierre de 2025 confirma la situación que ya viene atravesando la ganadería argentina. La baja en la invernada marca un freno tras meses de fuertes subas, mientras que la hacienda terminada encuentra sostén en un MAG más firme. De cara al inicio de 2026, el mercado seguirá atento a la evolución del clima, el consumo interno y las señales macroeconómicas, en un contexto donde la selectividad y la eficiencia productiva volverán a ser claves para capturar valor.
China redefine el negocio
La ganadería argentina enfrenta uno de los posibles giros más relevantes de los últimos años en su negocio exportador. China, destino central de la carne vacuna nacional, se prepara para implementar medidas de salvaguarda que incluirían cuotas por país y tarifas muy elevadas para los envíos que queden fuera de esos límites. La información surge de contactos entre autoridades australianas y el Ministerio de Comercio chino, y señala que las disposiciones entrarían en vigencia el 1° de enero, incluso con carácter retroactivo si el anuncio formal se demorara.
El esquema que se evalúa abarcaría tanto carne enfriada como congelada y se extendería, en principio, hasta 2028, con incrementos anuales de entre 1% y 2%. Las cuotas se asignarían por país, tomando como referencia los volúmenes exportados entre 2020 y 2024, aunque todavía no está claro si se computarán todos los años o solo los de mayor nivel de envíos. En el sector se descuenta que cada nación negociará de manera individual con Beijing para intentar asegurar un cupo lo suficientemente amplio como para evitar distorsiones de mercado.
Uno de los puntos más sensibles pasa por el nivel de los aranceles. Dentro de la cuota, Australia mantendría un arancel del 0% gracias a su acuerdo comercial, mientras que Sudamérica seguiría pagando 12%. El verdadero problema aparece fuera de ese cupo: allí los derechos de importación podrían trepar a 55% para países con tratado de libre comercio y hasta 70% para los que no lo tienen, como Argentina, Uruguay y Brasil, lo que vuelve prácticamente inviable cualquier operación adicional.
Para la Argentina, el impacto potencial es enorme. China concentra más del 70% de las exportaciones de carne vacuna, con un perfil dominado por cortes congelados y de menor valor agregado. De allí que frigoríficos y productores sigan de cerca la definición de los cupos, con la expectativa de que se tomen los tres mejores años del período analizado, lo que permitiría amortiguar el golpe. Sin embargo, todavía hay interrogantes clave: qué pasará con la mercadería en tránsito al 1° de enero, cómo se informará el uso de la cuota y de qué manera se controlará el ingreso una vez alcanzado el límite asignado. La administración del sistema quedaría en manos de la autoridad aduanera china (GACC).
En cuanto a la carne vacuna, el consumo ha mostrado un crecimiento en China. En 2024, la demanda de carne vacuna fue de aproximadamente 10,66 millones de toneladas, detrás del cerdo y el pollo. El endurecimiento de la política comercial china no es nuevo ni improvisado. A fines de 2024, el gobierno inició una investigación formal sobre las importaciones de carne vacuna, tras un pedido de asociaciones ganaderas locales. El análisis incluyó productos frescos, refrigerados y congelados por un valor cercano a US$ 13.700 millones. Desde Beijing sostienen que la industria cárnica local está bajo fuerte presión, con caída de precios internos, márgenes negativos en la cría y liquidación de vientres, en un sector que cumple además un rol social estratégico al sostener a millones de hogares rurales.
Por: Redacción