La Federación Lanera apuntó que “la Ley ovina fue instaurada en el año 2001 con la finalidad de promover la actividad”Y recordó que “en aquellos años, los valores internacionales de la lana eran arbitrariamente bajos debido a las consecuencias de la eliminación de una nefasta política llevada a cabo por Australia durante décadas que mantuvo la producción ovina en niveles exageradamente altos mediante la garantía de precios mínimos de la lana (floor price)”.

“Como consecuencia, Australia poseía entre producción y stock en manos del estado cantidades monumentales de un producto que el mundo tardo prácticamente una década en digerir hasta llegar a un nuevo equilibrio entre oferta y demanda trayendo como resultado la erosión de los márgenes por parte de los productores ovinos en todo el mundo producto de los bajos precios”, rememoró la entidad.

En Argentina, el gobierno de Milei le quitó 3.000 millones de pesos de financiamiento correspondientes al Frao, según el vocero Manuel Adorni, porque ese fondo se manejaba “sin ningún tipo de transparencia” y porque “desde su creación tampoco se pudieron verificar mejoras en el sector”.

La Fla respondió en el comunicado que publicó bichosdecampo.com, que “la Ley Ovina se transformó en una Política de Estado que atravesó administraciones de todo signo político durante 23 años”.

“El 70% de la ganadería ovina se sitúa en Patagonia, zona que tiene innumerables sobrecostos tales como el 20% de zona desfavorable en los salarios, distancias enormes para los traslados redundando en mayores consumos de combustible y desgaste de vehículos, falta de comunicaciones y caminos, etc”.

Además, la Federación indicó que “el ganado ovino es el que permitió poblar, generar arraigo y empleo en una amplia zona del país que de no ser por esta noble actividad se verían seriamente diezmadas con las consecuencias y repercusiones consabidas”.

“La Ley Ovina fue considerada a todas luces una herramienta que ayudo a mantener el tejido social, cultural y económico a través de un negocio sustentable y renovable”.

Además, el comunicado de FLA sostuvo que “la cadena, con el innegable aporte de la Ley Ovina cuenta con un producto internacionalmente reconocido, que se exporta a más de 50 países y además el 80% en forma industrializada (70% tops-2% lavada- 8% blousse y otros), el resto o sea un 20% sucia”, al tiempo de que en estas dos décadas “se logro implementar un sistema de acondicionamiento y clasificación de las lanas (ProLana) contribuyendo a que pequeños y medianos productores valoricen su producto”.